El clima organizacional es la percepción colectiva que los empleados tienen de la empresa, es un retrato de la cultura y realidad de la organización y tiene una fuerte influencia en la productividad.
El clima organizacional se puede medir a través de una Encuesta de Satisfacción, por lo tanto, el clima organizacional es la parte medible del clima organizacional.
Pero no se puede hablar de clima organizacional sin hablar de cultura organizacional, que conforma la parte subjetiva del ambiente de trabajo, sobre todo cuando se trata de la cuestión de género, y digo género, porque a diferencia del sexo, el género es un concepto socialmente elaborado. producto y representado, así como la cultura es también un proceso colectivo de construcción de la realidad.
Como definió el historiador Scott (1987), “el género es un elemento constitutivo de las relaciones sociales fundadas en las diferencias percibidas entre los sexos, y la primera forma de dar sentido a las relaciones de poder”.
Para el autor, para comprender las desigualdades vividas entre los sexos, debemos prestar atención no a las diferencias biológicas, sino a los arreglos sociales, la historia, las condiciones de acceso a los recursos de la sociedad y las formas de representación.
Por lo tanto, dado que el clima organizacional es la percepción de la cultura que se puede medir, es fundamental que todos estén alineados con los valores, comportamientos, hábitos y puntos de vista que conforman el concepto de cultura.
En este sentido, las organizaciones que pretendan crecer en este ambiente competitivo deben preocuparse no solo por un buen clima organizacional, sino también por el tema de género, para lograr un ambiente de igualdad entre hombres y mujeres, ya que el colaborador motivado es un factor transformador. agente. , capaz de elevar el nivel general del sector, transmitir conocimientos, incentivar la producción, mantener el aprendizaje del equipo y esto repercute en el resto de la organización.
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Las empresas que son reconocidas por ser buenos o excelentes lugares para trabajar ganan espacio en los medios, aumentan el prestigio de la empresa, se convierten en ejemplo, aumentan la competitividad y generan atracción de talento, lo que incide directamente en el desempeño del negocio.
Nuestra sociedad moderna invita a las mujeres a ingresar al mercado laboral y al mismo tiempo sabotean sus carreras al excluirlas de posiciones de mayor prestigio y poder.
Todavía observamos organizaciones que segmentan las estructuras de oportunidades, favorecen a un sexo sobre el otro, favoreciendo el mantenimiento de una cultura patriarcal, ya que el ejercicio de la autoridad se naturaliza universalmente como una característica masculina, muchas veces reforzada por la fuerza física.
La autoridad no es un atributo biológico, es un comportamiento aprendido.
Los hombres son socializados para ejercer la autoridad y las mujeres son socializadas para someterse a ella, y así, las organizaciones reproducen estos roles, porque la ideología de la sociedad constituye la ideología organizacional, así como también es constituida por ella.
Por lo tanto, un buen clima organizacional para las mujeres es aquel que permite la expresión, la autonomía, el liderazgo, el reconocimiento, las buenas relaciones de confianza y la transparencia de todas y cada una de las personas de la organización.
Principalmente, para que podamos, como sociedad, deshacernos de los persistentes estereotipos de género que obligan a las mujeres a desempeñar roles masculinos o simplemente discretos y borrados.
Finalmente, es necesario analizar el clima organizacional, a fin de identificar no solo la satisfacción de los empleados, sino también la cultura de una determinada organización y comprender los roles que juegan los individuos que la constituyen, de modo que sea posible confrontar el discurso en frente a las actividades realizadas por cada integrante, para posibilitar el cambio ideológico y elevar su nivel de conciencia, en consecuencia, de competitividad en el escenario actual del mercado occidental.
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